literature

Los Colores Exteriores c27

Deviation Actions

NanKnight's avatar
By
Published:
489 Views

Literature Text

Capitulo 27 – El Poni de Acero



En aquel día tan extraño, para la hora en que el sol debía de comenzar a emitir sus dorados rayos por los cielos de Equestria por el poder benéfico de la Princesa Celestia, el astro mayor se encontraba ya en lo alto y estaba por entrar en contacto con el astro menor, la luna, como esperando la orden final que marcara la destrucción de ambas lumbreras y el comenzó de la oscuridad eterna.

En las ciudades y pueblos de toda Equestria, la esperanza comenzaba a flaquear de nuevo, conforme todoponi contemplaba con miedo como la amenaza del maléfico Azorakt se iba volviendo realidad.

Pero al tiempo que la terrible condena iba tomado forma, la esperanza se abría paso hacia Canterlot, volando sobre las alas, transportada en los cascos y brillando en los cuernos de las Seis Principales, las Ponis de la Armonía.

Tal vez ningún poni lo había contemplado con sus propios ojos, pero ese día, sin duda, sería recordado como aquel en que la Lealtad y la Amabilidad habían vencido en una carrera a la Derrota, como aquel en que la Alegría y la Honestidad habían derrotado en su propio juego a la Guerra, como aquel en que la Generosidad y la Magia habían resistido la feroz embestida de la Escasez y habían salido victoriosas, el día en que el Valor y el Amor habían probado que eran mas poderosos que la Muerte.

Y como consecuencia, para la hora en que el sol debía regar sus rayos resplandecientes por encima del borde del horizonte, como fabulosos torrentes de viento, Rainbow Dash y Fluttershy aterrizaron, un tanto fatigadas y un poco más magulladas en la plaza principal de Canterlot.

La plaza estaba desierta. Todoponi debía estar resguardado dentro de sus casas de la maldad terrible que se había instalado en la ciudad.

Rainbow esperaba llegar y encontrarse al malvado rey Azorakt, sentado en un gran trono de nubes negras, proyectando relámpagos en todas direcciones y habiendo preparado trampas para recibirla a ella y sus amigas. En su lugar, un silencio sepulcral reinaba en la plaza principal y por ningún lado se veía rastro del siniestro monarca.

—T-tal vez, se ha arrepentido y no sabe como decirnos que solo quiere ser nuestro amigo, ¿no crees, Rainbow? —le dijo Fluttershy. Era obvio que la aterradora atmosfera comenzaba a pesar sobre ella.

—Pues yo no estaré tan segura hasta que muestre su fea cara. Estate atenta a cualquier movimiento. Podría ser una trampa —respondió la pegaso arcoíris a su amiga.

Tras ellas, el sonido de apresurados cascos resonó. Con un pequeño chillido, Fluttershy se colocó detrás de su amiga mientras que Rainbow entró en pose de combate.

Cual seria su sorpresa al ver llegar a sus dos amigas, Pinkie y Applejack a todo galope por el sendero que venia de la escarpada pared de la montaña.

—¡Buenas mañanoches! —saludó sonriente la rosada poni repostera.

—¡Vaya, potrillas, que gusto verlas! Han llegado primero que nosotras —apuntó la rubia poni granjera sin contener su alegría de ver a sus amigas un poco fatigadas aunque en una pieza.

—Por supuesto. Vamos siempre un paso adelante —respondió competitiva Rainbow.

—¿Y donde están Rarity y Twilight? —preguntó pronto Applejack.

—No han llegado todavía. De verdad espero que se encuentren bien… —respondió Fluttershy consternada.

—Descuida, querida, estamos bien —las chicas escucharon con inmensa dicha la voz de Rarity que les hablaba.

Al girarse, se encontraron con sus dos amigas unicornios que llegaban por el camino que venia del bosque. Con las melenas hechas un desastre y el cuerpo cubierto con barro común, que había sido, en otro tiempo, el preparado mágico del círculo de sustracción de magia modificado.

Las pegasos y ponis de tierra se preocuparon de ver a sus amigas luciendo tan fatigadas y caminando con dificultad, pero cuando Twilight levantó la mirada y les sonrió, se sintieron aliviadas. Después, se dieron cuenta de que todo estaba bien cuando Rarity dijo:

—Recuérdenme agradecer debidamente a Burning Spades por enviarnos por ese horrible camino… el bosque lleno de ramas y hojas… y ¡lodo! Tardaré tanto en limpiar mi crin… ¡el herrero me las pagará!

Las seis chicas se alegraron tanto de estar reunidas que casi se olvidaron del cansancio, la fatiga y el dolor que había pesado sobre sus cuerpos hace un momento, y riendo juntas removieron de sus corazones todo rastro de desesperanza y miedo que pudiera quedarles.

Fue en ese momento en que envuelto en un torbellino de nubes negras y relámpagos descendió de lo alto la imponente figura del Malvado Azorakt, el Rey de los Fanáticos.

Su figura era imponente, casi monstruosa, cuando descendió del cielo, agitando sus alas gigantescas, y cuando sus cascos tocaron la tierra, el suelo tembló y la losa que cubría la plaza principal de Canterlot se agrieto. Ante él, la esperanza parecía huir de miedo. Pero las Seis Ponis, aunque amedrentadas por la inesperada aparición del tirano, no se amilanaron, sino que se pararon firmes en su sitio. Aunque sentían que un poder maligno pesaba sobre sus corazones forzándolas a temer y darse por vencidas, el estar ahí las seis reunidas renovaba su ánimo, infundiendo en cada una de ellas un valor que solo conocían cuando estaban juntas.

Excelente, magnífico —pronunció el villano al ver con sus ojos centellantes y aterradores a sus recién llegadas presas —No esperaba menos de ustedes, las Ponis de la Armonía, las Seis Principales, amadas por todos los bronis que viven Más Allá de las fronteras de este mundo, luz de la esperanza de toda Equestria, las vencedoras de Nightmare Moon y carceleras de Discord… ¡Cuánto mayor no será mi nombre cuando acabe con ustedes y me convierta yo mismo, en regente de este reino destrozado de Equestria!

—¡Eso no va a pasar! —la voz menguada, aunque firme de Twilight Sparkle se alzó ante el sonido atronador del discurso de Azorakt —ya te has divertido suficiente. Tu ejército no ha conseguido lastimar a nadie, es tiempo de que esta locura se detenga…

La voz del malvado rey se elevó al cielo de nuevo, esta vez en la forma de una carcajada maniaca que resonó con la voz de mil truenos por el aire de toda la región.

¿Detenerse? No… mis pequeñas ponis, la locura esta apenas por comenzar. —respondió el titánico alicornio con una sonrisa torcida en su cara abominable —¡Vengan a mi ahora, huestes de Más Allá del Mundo! ¡Reúnanse ante el trono de su rey, Bronis Radicales que escuchan mi voz en toda Equestria!

Y con la terrible llamada, todoponi de aquellos que habían cruzado el portal para entrar desde Más Allá de la Cascara del Mundo, cesaron sus infructuosos ataques hacia los escudos de las ciudades y pueblos de Equestria y enfilaron a todo galope rumbo a Canterlot, a reunirse con su Rey.

Escuchando el barullo, en el interior de la casa del herrero, Starshine y Leadhawk salieron solo para contemplar asombrados como el sitio de Ponyville terminaba sin razón aparente, pues la llamada terrible solo se escuchó en las mentes de los seguidores dementes del Rey Azorakt, que se alejaban, tomando el camino que subía a la ciudad capital.

—¿Cuál es el problema con esos ponis? —se preguntó el gran pegaso marrón sin comprender nada.

—Se dirigen a Canterlot… —pronunció la unicornio rubia en un susurro, levantando sus brillantes ojos como estrellas hacia el cielo —¡Oh, Celestia! Solo espero que las chicas estén bien… que Burns este bien…


Tan solo es cuestión de tiempo… —gruñó Azorakt con infinita maldad —en unos momentos, mis súbditos estarán aquí y entonces podrán contemplar como su Inmisericorde Rey destruye la última esperanza del género poni con sus propios cascos… ¡Ustedes no son rivales para mi! ¡No sin sus preciados Elementos de la Armonía!

—¡Entonces tendremos que cambiar eso! —gritó Rainbow Dash haciendo acopio de valor, e infundiéndolo en los corazones de sus amigas con el relucir de su cabellera multicolor —¡A la bóveda, chicas!

Y poniendo los cascos al camino y las alas al vuelo, las seis ponis se dispusieron a llegar a toda costa hacia la torre del Palacio Real que hacia de resguardo para las joyas en que residía el poder mágico más grande de toda Equestria.

Pero conociendo la fuerza de los legendarios collares y diadema de las Ponis de la Armonía, Azorakt no las dejaría llegar jamás. Abriendo sus alas gigantescas se lanzó al aire, cayendo con fuerza en el camino de las seis amigas, haciendo retumbar la tierra con sus cascos, quebrándola, desquebrajando el suelo haciendo brotar fuego debajo, cercándolas en un circulo incandescente y lanzando al aire un grito desgarrador… un lamento monstruoso venido de rincones lejanos del universo que desplazó el aire a una velocidad tal que obligó a las pegasos a retroceder poniendo cascos en el piso.

¿Qué ocurre? ¿No estaban ansiosas de alcanzar sus preciados Elementos? —se burló el tirano teniendo encerradas a las seis ponis en su amenazador circulo de fuego.

¿Qué haremos ahora, compañeras? No podemos esperar más… las Princesas no tienen mas tiempo… —se preocupó Applejack mirando al cielo desde el interior de su prisión flamígera, viendo como el sol y la luna ya estaban al punto de estrellarse.

—Yo propongo que enviemos de una patada a Azorakt de vuelta al otro lado del universo, a donde pertenece… —propuso Rainbow con su ánimo de pelea ardiendo como el fuego que las contenía.

—Pero sin los Elementos dudo que podamos hacer gran cosa… —quiso razonar con ella Twilight.

—Tenemos que intentarlo, chicas. A veces una tiene que hacer la fiesta solo con lo que tiene a la mano… y lo más importante de toda fiesta es tener a tus amigas juntas —las animó Pinkie.

Las seis ponis se miraron entre ellas una vez más… pero no había resignación en sus ojos, sino que se dirigieron una a la otra miradas de confianza llenas de esperanza, y al girar sus rostros hacia su terrible oponente no había ni un vestigio de duda en sus ojos.

—Bien, Azorakt, si es lo que quieres, te enfrentaremos solo con nuestros cascos, alas y cuernos… —Se paró firme Twilight alzando su voz nuevamente contando con el apoyo de sus amigas —pero lo haremos juntas, como hemos logrado sobreponernos a cualquier reto, ¡y aunque nos cueste la vida, estoy segura de que te venceremos!

—¡Eso jamás!

Otra voz se escuchó en aquella mañana incompleta. Era una voz distinta, como distorsionada, de la misma manera que sonaría la voz de un poni encerrado dentro de un balde de acero, pero amplificada de manera que sonaba clara y fuerte.

De pronto, el cielo se pintó de un brillante color rojo, y con la velocidad de un relámpago, cayó frente a las seis amigas lo parecía ser un poni armado.

Su cabeza estaba completamente cubierta por un caso de acero remachado, sus ojos se escondían tras lo que parecían ser brillantes gemas rojas mas brillantes que rubíes y en su frente una piedra más se asemejaba a un diminuto cuerno de cristal. Un par de cables corrían sobre su cuello, que terminaban en una ancha pechera del mismo metal, que cubría el torso entero del poni, de cuya espalda salían dos alas metálicas, brillantes y afiladas como navajas. Un par de tubos más conectaban la pechera con lo que parecía una sillita colocada sobre sus flancos, en la que brillaban, a cada lado, una piedra más de fulgor rojo.

La visión inesperada del recién llegado, dejo pasmadas a las Ponis de la Armonía que miraron al Poni de Acero con asombro, aguantando la respiración, cuando dijo, con esa voz metálica tras su casco imponente:

—No pienso permitir que se enfrenten al Rey de los Bronis Radicales de esta manera…

—¿Que infamia es esta? —dijo entonces Rarity indignada a Azorakt —¿Como puedes llamarte un rey cuando necesitas que alguien más luche por ti tus peleas…?

—¡Eres tu! —Rainbow Dash gritó furiosa —el relámpago rojo que nos derribó. Eres tu… ¡tu nos metiste en esto!

La pegaso se alzó en vuelo preparada para atacar, cuando la voz siniestra del tirano respondió:

De ninguna manera… este poni no es parte de mi ejercito… —los penetrantes ojos del villano se posaron en el poni armado, cuando, haciendo una mueca de asombro creyó reconocerlo —¡imposible! Se trata de…

—Burning Spades —respondió la voz tímida de Flutershy, al ver que el Poni de Acero no apoyaba su pierna derecha trasera, pues se encontraba vendada y entablillada.

Las seis amigas ahogaron un grito al darse cuenta de la identidad del recién llegado, al tiempo que con un ruido metálico, su casco se abría revelado la melena gris y los ojos escondidos tras unas gruesas gafas del herrero de Ponyville.

—¿Tu? Todo el tiempo fuste tu… pero ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué nos derribaste? —preguntó Applejack prontamente.

—¿No lo recuerdan? El carruaje en que iban era un carruaje falso. Los ponis que tiraban de él eran siervos de Azorakt. Yo estaba tratando de rescatarlas. De no ser así ustedes habrían sido secuestradas… —se defendió el poni de tierra.

—¿Y porque no nos lo dijiste? Si me hubieras dicho: "¡Cuidado, Pinkie, el carruaje al que están por subir es en realidad una trampa tramada por un loco rey alicornio que viene de un mundo del otro lado del universo!" ¿Crees que no te habría creído? —agregó la poni repostera.

La mirada de Spades se ensombreció no sabiendo que responder a la pregunta, pero antes de que pudiera decir cualquier cosa, Twilight se acercó y le dijo:

—Después de tanto tiempo, Burns, sigues sin confiar en nosotras… —lo miró afligida —A pesar de que te hemos ofrecido nuestra amistad sincera… sigues queriendo hacer las cosas tu solo… siempre has estado solo, porque no te permites el confiar en los demás…

—No es así —reaccionó Burning mirándola —fue… un error. Debí decírselo, es cierto. Pensaba acabar con las defensas del carruaje y rescatarlas usando mi armadura nueva pero… al parecer no estaba lista… yo no estaba listo… perdí el control y me estrellé con ustedes para después caer en picada en el bosque. Por eso mis heridas y mi tobillo… pagué con eso mi imprudencia.

Y levantando la mirada hacia el resto de las chicas les dijo:

—Claro que confío en ustedes, y valoro su amistad más que nada en este mundo. Las valoró tanto que no permitiría que se enfrentaran al demente rey Azorakt sin esto…

Y abriendo la pechera de su armadura, cinco collares y una diadema cayeron al piso… y comenzaron a brillar y fulgurar al estar cerca de sus legítimas poseedoras.

Las seis amigas se acercaron y tomaron del piso, frente a Spades, los Seis Elementos de la Armonía.


Momentos antes, justo después de haber derrotado a la terrible Last Breath, y habiendo dejado al pequeño Spike arropado y protegido debajo de su capa de invisibilidad, Burning reparó como pudo su abollada armadura, y colocándola sobre su cuerpo maltrecho, extendió sus alas metálicas y voló a gran velocidad hasta Canterlot, directamente hacia la Bóveda de los Elementos.

Solo una magia como la de la Princesa Celestia o superior podía abrir la puerta de la bóveda. El recinto estaba sumido en tinieblas, puesto que la torre, y todo el palacio, se hallaba envuelto en la negra nube invocada por el Rey Demente. Spades entró haciendo un agujero en la oscura tormenta e irrumpió dentro del pasillo que va a la bóveda quebrando uno de los ricos vitrales que lo decoraban.

Un tímido rayo de luz del sol, mezclada con la blanca luz de la luna se filtró por la ventana, y golpeando la puerta de la bóveda, con la bendición de las Princesas del Sol y de la Luna, esta se abrió entonces dándole acceso al herrero hacia las poderosas gemas que contenía.

Teniendo eso resuelto, Burning Spades tomó consigo los Elementos y remontó el vuelo hacia donde sus amigas ya lo estaban necesitando.


Volviendo de sus recuerdos, el herrero finalmente sentenció:

—Son ustedes las únicas que pueden salvar el día. Yo solo quise hacer mi parte. Les suplico me perdonen por mi imprudencia.

Al ver su gesto arrepentido, Rainbow se acercó, con el seño fruncido, al herrero, y levantando su casco color azul celeste, le aplicó un firme coscorrón en la cabeza… que pegó en el casco metálico dejando al corcel sin sentir el golpe.

—Después de todas las que nos has hecho, Spades —lo miró sonriendo entonces la pegaso —¿crees que no te volveríamos a perdonar una más? No eres malo, solo eres el poni sabelotodo mas atolondrado que conozco…

El rostro compungido de Burning se transformó entonces en una sonrisa, y levantando sus ojos color oro, contemplo las miradas brillantes de sus seis amigas que le sonreían.

Hasta que la siniestra carcajada de Azorakt interrumpió el momento.

¿Lo has llamado… poni? —dijo entonces el Rey Villano sin dejar de lanzar esa malvada y aterradora risa —No me digas, Burning Spades… que no has tenido el valor de decirles quien eres en realidad…

La atención de las Seis Ponis se fijaron de nuevo en el monarca negro… pero Spades no alzó la mirada…

¿No les has dicho como es que sabes tanto del Mundo que existe Más Allá de este? —continuó el alicornio —¿No les has dicho que era de ti antes de que vinieras a vivir la vida de un poni de tierra? ¿No les has dicho como es que sabes tanto de nosotros… de mí… y porque es que tú y yo ya nos conocíamos?

Se hizo el silencio en la plaza principal de Canterlot, en que las Seis Principales miraban expectantes a su oponente, no comprendiendo de lo que hablaba.

Es cierto… no les has dicho —se regodeó Azorakt —no les has dicho que no eres más que un miserable, patético, traicionero, vil, inmundo y exiliado… broni…

Broni.

Aquella palabra quedó suspendida en el aire oscuro de la mañanoche, congelando el tiempo en un segundo infinitamente largo, en que las Seis Ponis de la Armonía aguantaron la respiración incapaces de creer lo que sus oídos escucharon sobre aquel que habían creído, desde hacia un año que lo conocían, era un poni legitimo nacido en el reino de Equestria.
Cuarto Acto: El Corazón de un Poni

Finalmente y con este capitulo se revela no solo el mayor secreto de este libro, sino uno de los mayores dilemas de todo el fanfic "Los Colores Exteriores". Algunos lo imaginaban, otros no se daban ni por enterados, lo cierto es que las cosas, después de esta revelación, no volverán a ser jamas lo mismo.

Agradezco su paciencia y sus comentarios.

Capítulo anterior <<

Capítulo Siguiente >>

<<Indice de Capítulos >>
© 2012 - 2024 NanKnight
Comments13
Join the community to add your comment. Already a deviant? Log In
Saeko-Dark-Kat's avatar