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Los Colores Exteriores c4

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Capitulo 4
En un agujero de lagartos


Rainbow Dash se despertó adolorida y desconcertada. No tenía la idea de donde estaba ni de como había llegado ahí. Cuando la suave y fría caricia de la lluvia sobre su rostro azul la despertó, le dio la extraña sensación de estar atada de piernas y alas, de estar colgada de cabeza y de estar siendo llevada a cuestas por un animal enorme de andar torpe.

Cuando finalmente abrió los ojos, se dio cuenta de que, en efecto, una soga mantenía sus patas y sus alas atadas inmóviles y que una creatura torpe y enorme la llevaba a cuestas colgada de cabeza. También se dio cuenta de que junto a la creatura que la llevaba caminaba otra igual de enorme que llevaba sobre su espalda a una atada y desmayada Fluttershy.

Las bestias que las cargaban le parecieron a Rainbow como tremendos lagartos bípedos. Andaban sobre sus patas traseras, eran desproporcionadamente fornidos en los hombros y tenían la piel cubierta de escamas color verde brillante, encima de las cuales llevaban, cada uno, un abollado peto de color metálico oxidado. Rainbow no pudo verles la cara pues la traían cubierta por unos enormes yelmos del mismo metal. Ambas creaturas caminaban por un sendero de tierra al borde de lo que parecía una descomunal fosa excavada en el suelo.

El sendero por el que los tremendos lagartos pasaban parecía nacer en lo más profundo de la fosa y ascender en forma espiral hasta salir a la superficie. Lo increíblemente confuso e inesperado de esta visión dejo a Rainbow Dash boquiabierta, de manera que se quedó quieta un instante contemplando el espectáculo mientras el enorme monstruo la llevaba a cuestas.

―¿Y para que dices que quiere el chaman a estas criaturitas? ―una voz muy grave y pastosa trajo de vuelta a Rainbow a la realidad.

―¿Ves esas alitas que tienen en la espalda? El chaman dice que pueden usarlas para volar alto, hasta las nubes, para quitarlas y hacer que deje de llover. ―contesto una voz similar, muy cerca de Rainbow. Al parecer, los dos enormes lagartos estaban conversando.

―Oh… entiendo. ¿Entonces no queremos que llueva?

―¡Claro que no! La lluvia no nos ayuda a excavar. Al principio hace las cosas más fáciles, ablanda la tierra, pero a estas alturas, con la tierra tan húmeda, solo nos causa derrumbes. Por eso el chaman cuando vio que no podía alejar la lluvia con magia, nos pidió que fuéramos a la villa y trajéramos algunas de estas criaturitas con alas…

Ante las palabras del grandulón que la cargaba, la memoria de Rainbow comenzó a recuperarse del shock, y a su mente comenzaron a volver la imágenes de lo que había pasado. Los lagartos seguían hablando:

―Pero si solo necesitábamos a las que tienen alitas, ¿Por qué trajimos a las demás?

"Mis amigas…" pensó Rainbow Dash.

―Eso es obvio. No podíamos entrar en la casa de una de las criaturitas, tomar las que tienen alitas y esperar que las demás no dijeran nada al respecto. Tuvimos que traer a todas las que había… y eran muchas, y solo estas dos tenían alitas… incluso había un bebe dragón…

"Spike…". El enojo de Rainbow iba aumentando conforme recordaba lo ocurrido.

―Fuimos tres de nosotros ―continuó el lagarto que cargaba a Rainbow sobre su espalda ―entramos en la casa, pero todo era tan pequeñito que no pudimos evitar hacer varios destrozos. Me pareció que de donde quiera que mirábamos salían infinidad de criaturitas, no como estas, otras más pequeñas…

"Los amiguitos de Fluttershy…" Rainbow estaba a punto de arder en furia.

―Entonces comenzaron a despertar. ―conforme el monstruoso reptil hablaba, a la memoria de Rainbow acudían las imágenes de cómo lo había vivido desde su punto de vista ―Estaban todas en el piso de arriba y tan pronto entramos tomamos las que teníamos a la mano y las metimos en bolsas. Algunas no paraban de patalear así que tuvimos que mandarlas a dormir por la fuerza…

Al escuchar esto, el dolor de la cabeza de Rainbow se intensificó, recordándole el garrotazo con que la habían dejado inconsciente. Sus piernas se pusieron tensas, y sabiendo que no podría solo romper las sogas que la ataban, estaba dispuesta a gritar, patalear, morder y zarandearse como pudiera con tal de tener una oportunidad de darles su merecido a esos grandulones.

―Pero solo nos son útiles estas dos. Así que mientras dormían las atamos y sacamos de las bolsas para traérselas al chaman. El resto sigue abajo, en la fosa cerca de la mitad del camino al fondo…

Entonces la tensión de Rainbow se calmó. No podía dejar a sus amigas desamparadas en el fondo de ese abismo. No importa cuánto deseara dar una lección de inmediato a los torpes lagartos, debía ser mas ingeniosa que impulsiva y esperar el momento para rescatar a sus amigas.

Mientras maquinaba esto, los bestiales lagartos se detuvieron frente a una choza cerca de la superficie.

―Dejemos a las criaturitas aquí. Al chaman no le gusta ser molestado por cualquiera. Yo iré a llamarlo mientras tú puedes volver a la excavación. ―dijo el lagarto que cargaba a Rainbow. Ella, haciéndose la inconsciente, sintió como la colocaban con brusquedad sobre la tierra mojada. Escucho a su lado como depositaban a Fluttershy no con más delicadeza.

Mantuvo los ojos cerrados, hasta que le pareció que los pasos torpes y pesados de sus captores se alejaban, uno en dirección de la choza y otro de vuelta hacia el foso. En cuanto le pareció que ambos estaban fuera de vista, abrió los ojos y trato de incorporarse. Viendo que era inútil se arrastró hasta donde estaba su amiga y comenzó a llamarla:

―Fluttershy… Fluttershy, por favor despierta.

Comenzó a moverla usando sus rodillas delanteras, pero no había respuesta. Las gotas de lluvia caían sin cesar sobre el rostro de la pegaso amarilla, resbalando sobre sus mejillas como copiosas lagrimas. A Rainbow le pareció que pasaba una eternidad y no sabía en qué momento el enorme lagarto volvería y la vería despierta. Miraba a un lado y a otro desesperada, cuando escucho que la voz tímida de Fluttershy comenzó a llamarla:

―Rain… Rainbow… ¿eres tú? ¿Qué pasó? ¿Por qué estamos atadas?

―Es una larga historia ―le sonrió su amiga no pudiendo evitar sentirse feliz de verla despierta ―ahora, hazme un favor e intenta desatarme ¿quieres?

Rainbow le acercó sus cascos atados al rostro a Fluttershy, quien le respondió con una mirada llena de preocupación.

―Vamos, solo intenta aflojar las sogas un poco. Yo se que puedes hacerlo. ―trato de animarla la pegaso azul intentando disimular la desesperación que la embargaba.

Sin decir nada más, Fluttershy mordió la soga que ataba a Rainbow tratando de desatarla. Pero era inútil, el nudo estaba muy apretado…



―Están aquí, como lo pidió, chaman. Las criaturitas aladas que necesita para detener la lluvia. ―Junto con el imponente lagarto que había cargado a Rainbow Dash todo el camino fuera del agujero, apareció un lagarto más bajito, sus escamas tenían un tono menos brillante y en su postura se veía la experiencia que deja la vejes.

―¿Dónde dices que están? ―respondió el chaman.

El lagarto grande y corpulento abrió mucho los ojos y examinando a su alrededor no vio a las pegasos por ningún lado.

―Pero estaban justo aquí… no pudieron haber salido volando ―dijo el soldado lagarto mirando al chaman quien lo juzgaba con una mirada reprobatoria ―¿o sí?

―¡Insensato! ―lo reprimió el chaman ―si estaban atadas y despertaron lo único que pudieron haber hecho fue rodar pendiente abajo.

El viejo reptil señalaba en el piso varias marcas en el lodo que conducían desde el lugar donde habían dejado a las prisioneras hacia el sendero espiral que bajaba por el foso. El corpulento soldado y el encogido chaman entonces echaron a correr con ese paso torpe que caracterizaba a los enormes lagartos bípedos por el sendero hacia las profundidades del abismo, cuando tras ellos escucharon un crujido como de rocas rodando sobre el lodo. Ambos reptiles giraron la cabeza solo para encontrarse con que no se equivocaron. Un enorme peñasco rodaba tras ellos amenazando con aplastarlos y dejándoles solo la opción de huir internándose más profundo en la fosa.

―¡Cuidado abajo, chicos! ―se escuchó desde afuera la voz jovial de Rainbow Dash. Fluttershy había logrado en el último momento aflojar las cuerdas lo suficiente como para que ella pudiera liberarse, y entonces Rainbow, teniendo ya dos cascos libres logró desatar a Fluttershy y juntas volaron a esconderse.

―¿No crees que esa roca era muy grande, Rainbow? ―decía Fluttershy preocupada.

―Apenas lo suficiente para amedrentar a esos grandulones pero no demasiado como para que no pudiéramos empujarla entre las dos ―respondió la atlética pegaso ―fue tu idea del rastro falso la que hizo la magia.

El enorme peñasco fue rodando todo el camino en espiral hasta el fondo ahuyentando a obreros y soldados quienes escapaban aterrados para evitar convertirse en alfombras de lagarto.

―Ahora dame un instante, Fluttershy. Entraré, encontraré a las chicas y a Spike y volveré en diez segundos planos. ―aseguró Rainbow y sin decir más, se adentró en el abismo como una bala multicolor.

Pronto, Dash se dio cuenta que la fosa era mucho más profunda de lo que había pensado al verla desde afuera. El sendero en el borde bajaba trazando un espiral que parecía no tener fin. Rainbow creyó escuchar los ruidos apagados que la tremenda roca producía al dar tumbos persiguiendo a los reptiles, cuando de entre ellos le pareció distinguir una vocecita familiar.

―¿Chicas? ¿Dónde están? ¿A que jugamos? ¿A la gallina ciega? ¿Ponle la cola al poni? ¿Es una carrera de sacos? Si es así creo que tengo el mío puesto al revés…

―¡Pinkie! ―gritó Rainbow con todas sus fuerzas y voló en picada en dirección a donde escuchaba la voz de su amiga.

―¿Rainbow, eres tú? ¿Me puedes decir a que jugamos? No, espera, ¡ya lo sé! ¡A las adivinanzas!

Dash descendió rápidamente hasta una pequeña caverna que se abría sobre el sendero en el gran abismo. Ahí encontró a las cuatro ponis y a Spike, atados con las cabezas metidas en sacos. Tan pronto aterrizó fue a desatar a Pinkie Pie que era la única que estaba despierta:

―¡Las encontré! ―dijó Rainbow a la poni rosada cuando por fin le quito el saco de sobre la cabeza.

―¿Quiere decir que jugábamos a las escondidillas?

―Ya no más, Pinkie. Cambio de juego. Ahora jugamos a "despierta y desata a tus amigas antes de que vuelvan los grandes y feos lagartos" ―la apuró Rainbow mientras intentaba despertar a Twilight Sparkle.

―¡Suena divertido! Iré a buscar a Gummy, creo que le gustará jugar a esto.

¡Kaplum!

Por lo profundo del sonido y lo fuerte del estruendo, Rainbow dedujo que debía de ser el enorme peñasco llegando al fondo del abismo. En cuestión de instantes aquellos lagartos que hubieran quedado en pie subirían para arreglar cuentas con ella.

―No hay tiempo. Pinkie, carga a Rarity, nos vamos de aquí.

―¿Rainbow? ¿Qué pasa? ¿Por qué esta tan oscuro? ―Twilight despertaba apenas y por su expresión debía tener una tremenda jaqueca.

―Te explicaré luego, ahora toma a Spike contigo y síganme. Por Applejack no se preocupen yo puedo con ella.

Las tres amigas comenzaron su carrera cuesta arriba con el resto de las ponis y el pequeño Spike a sus espaldas, pero por la manera en que el sendero crujía cuando pasaban sobre él, Rainbow se dio cuenta que su idea de usar la descomunal roca no había sido tan ingeniosa. Al rodar, el peñasco había arrastrado también los soportes que mantenían a la estructura firme. Ahora, sin ellos, la fosa entera estaba a punto de sufrir un derrumbe masivo.

La pegaso corría por el sendero a todo lo que sus piernas daban. Aunque hubiera preferido volar, sabía que sus amigas no la podían seguir por aire, y prefería ir a la cabeza del grupo por si, al pisar algún punto endeble, debía remontar el vuelo y no arriesgar a Pinkie o a Twilight a caer en un deslave. Solo esperaba poder lograr despegar del piso sin problemas con el peso de Applejack sobre sus hombros.

La subida se le hizo interminable. A cada paso las paredes crujían y terrones se desgajaban de los niveles superiores. En alguna ocasión, uno de los obreros lagartos que lograron evadir la roca les cerró el paso, y Rainbow tuvo que saltarle sobre la cabeza derribándolo para que sus amigas pudieran pasar sin problema.

―Rainbow, háblame por favor. ¿Cómo llegamos aquí? Rainbow… ¿qué es eso?... ¡Rainbow!

―Lo sabrás a su tiempo, Twilight, ahora ahorra tu aliento, aun queda mucho por subir. ―respondió la pegaso moviéndose a un lado para evitar por poco que un enorme bloque de tierra le cayera encima.

―Chicas… ―les dijo Pinkie cuando estaban ya cerca de la cima ―no quiero parecer aguafiestas, pero este juego es muy cansado. ¿Podríamos tomar una siesta antes de continuar?

―Solo un poco mas chicas, solo un poco más ―la animó Rainbow haciendo un esfuerzo. Todas estaban desveladas. Todas estaban magulladas, confundidas y desorientadas, pero tan pronto salieran de ese aprieto podrían descansar…

Tan pronto salieran de ese aprieto, Rainbow Dash ajustaría cuentas con aquel que ella sabia debía de estar detrás de todo esto. ¿Quién sino él sabía que estaban todas reunidas en casa de Fluttershy? ¿Quién sino él estaba tan molesto de que una chica lo hubiera derribado y atado en su intento de escape? ¿Quién sino el era un forastero misterioso, ladrón y embustero?

En la última vuelta del sendero, justo cuando Rainbow, Pinkie y Twilight estaban por llegar a donde Fluttershy las esperaba, el resto del camino se derrumbó lanzando una enorme nube de polvo al cielo, creando un ancho abismo entre las ponis y su objetivo. Al ver el bache, Dash aceleró el paso, corrió hasta la orilla y saltó con todas sus fuerzas al otro lado, preocupada sobre todo porque sus amigas llegarán a salvo al otro lado…

"Que salgamos todas con bien de este embrollo" pensó Rainbow. "Ya después arreglaré cuentas con ese traidor y fantoche de Burning Spades…"
El capitulo numero cuatro. Ya teniendo la historia un poco mas aterrizada, puedo decirles que se divide en tres actos:

El libro, capitulos del 1 al 3

El principe, capitulos del 4 al 6

El bibliotecario, capitulos del 7 al 10

Espero igualmente sus comentarios al respecto de todo. Espero sobre todo les guste la historia.

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© 2011 - 2024 NanKnight
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StEbAnRoPeRo's avatar
Hola, como los anteriores digo y mantengo lo que he dicho: que ha sido tremendo este fic. Lo de creatura también te lo iba a preguntar, pero la respuesta que le diste a Blu fue satisfactoria. Pero en esta ocasión vengo con una pregunta que podría llegar a ser una opinión, respondemela (claro, sin dejar spoiler xD) si estoy equivocado o hay una justificación.

Bueno, tomando en cuenta que el chamán (o shamán) es la única entidad político-religiosa de la comunidad, esta debería ser informada por él de la necesidad de los pegasos para detener las lluvias. Al estar enterada, si las ven huir, deberían hacer algo: Detenerlas o explicarles lo que les pasan. También esta el caso del peñasco lanzado, alguien (sobretodo los guardias) con un sentido de percepción podría haberse dado cuenta de ello y haber dado la alarma.

Bueno, solo pregunto o comento eso para saber tu opinión al respecto y para aclarar algunas dudas; si no hay ningún inconveniente, claro.